martes, 18 de agosto de 2009

Queilén pasado y presente

Nuestra organización, con motivo de conmemorarse dos años de su fundación, tiene el agrado de compartir con todos, una breve reseña histórica del mundo indígena
Queilino.
Lamentablemente la recopilación de antecedentes se traduce a muy poco, entendiendo que los procesos históricos se construyen de acuerdo a los lineamientos y pautas que entrega el dominador y se pierda cuando se es dominado.
Keilen nace de la toponimia mapuce kvlen que en mapuzvgun significa rabo o cola, esta afirmación queda de manifiesto, por las características geográficas en la que se encuentra el territorio, y es muy fácil de apreciar en algún mapa o desde la visualización aérea, esto demuestra el conocimiento que tenían nuestros antepasados de nuestro territorio y es desde ahí que nace el nombre de Keilen.
Hay otras personas que aluden que esta península antiguamente se encontraba repleto de árboles de ciprés colorado y si traducimos ciprés colorado al mapuzvgun diríamos kelvnlen, kelvn, colorado o rojo, len, cipres. Estas dos afirmaciones podrían considerarse válidas. Kelvnlen si efectivamente existía el ciprés colorado en este territorio y kvlen dadas la figura natural que tiene esta hermosa península.
Las deformaciones lingüísticas son típicas de la castellanización de las palabras mapuzvgun o lengua mapuche.

Los Chonos y la llegada de los Payos

Uno de los primeros habitantes que se radicaron en estos territorios fueron los chonos, habitantes aborígenes, lo que se sabe es que estos, eran audaces cazadores, y recolectores de mariscos, eran hábiles pescadores, construían sistemas de corrales: trampas colocadas encajonadas en las que quedaban atrapados los peces, para complementación de su dieta alimenticia, de gran actitud, pericia y capacidad para surcar los canales isleños en sus embarcaciones llamadas dalkas. Alonzo de Góngora y Marmolejo relata en sus escritos: “estas piraguas están construidas de tres tablas y una por plan , y a los lados a cada un lado, cocida con cordeles delgados, y en la juntura que hacen las tablas ponen una caña hendida de largo a largo, y debajo de ella y encima de la costura una máscara de árbol que llaman maque, muy mojada al cocer: hace esta cáscara una liga que defiende en gran manera al entrar al agua”, los Chonos habitaban en cuevas, donde estas se hallaban, construían ranchos primitivos en forma de colmena, circulares o elípticas , rara vez moraban en el mismo punto por muchos días , salvo los que habitaban el sur de la Isla Grande o las Guaitecas, las que se dedicaban a una agricultura esporádica. Por lo demás, eran nómades y permanecían en una localidad, mientras que la caza y la pesca fuese abundante.
La ocupación de los territorios isleños, aún conserva la toponimia Chona, entre dichos nombres pueden citarse los terminados en: ao, en ac o ec, in, lin, mo, chi y en uy. Como por ejemplo Achao, Quinchao, Cucao, Lacao, Terao, Alguac, Quenac, Guacanec, Laitec, Ichuac, Chaulinec, Caulin, Cailin, Guamblin, Inchin, Auchemo, Chadmo, Cogomo, Guaitimo, Latcuy, Tenuy, Queuy, Chincuy y muchos otros, denotan el paso de estos legendarios navegantes de la antigüedad.
A la llegado de los colonizadores, específicamente Martín Ruiz de Gamboa que permaneció poco tiempo en tierras insulares, al dejar la Isla Grande le encomendó la organización y la distribución de los títulos de merced y encomiendas, la entrega de los nuevos vasallos a la corona española para dar vida a las instituciones reales. El capitán Alonzo Benítez, aunque no hay registros de su actuar, es probable que hubiese sido él quien habría visto por primera vez, a los queilinos, o los llamados payos. Payos así fueron nombrados los aborígenes de este sector de la Isla Grande, específicamente los habitantes del sur de Chonchi, bajo el extremo austral, específicamente la costa oriental que es la más habitada. ¿Quiénes eran estos aborígenes? , según la bibliografía que analiza los primeros habitantes de Chile, no es común encontrar este nombre. Al examinar el mapa de las etnias chilenas descritas por los cronistas y viajeros se puede comprobar que bajo la zona de la Araucanía se ubican, bordeando la costa, los Chonos, Alacalufe, Yagane, entre otros, sin nombrar este espacio geográfico como un territorio con denominación Payo.
En cambio en las actas de Encomiendas, los documentos de evangelizadores como los Jesuitas y Franciscanos de la época, los relatos de los oficiales de la Armada Real, como Moraleda y Simpson, que entre muchos otros, reconocen la zona hasta dos siglos después como territorio payo, incluso en los primeros documentos oficiales del período republicano, se le denomina a la zona sur de Chiloé como la tierra de los Payos. La gran razón de esta omisión puede encontrase en que los Payos siempre fueron homólogos a los Chonos y, sí, estos serían efectivamente parte de aquel grupo, difieren de ellos en las costumbres que adoptaron luego del proceso de migración que, condujo a los Chonos a instalarse aun más al sur de Chiloé, en el denominado Archipiélago de los Chonos.
Según los hallazgos arqueológicos, este pueblo fue el primero en poblar Chiloé.
¿Qué pasó con los Chono, y por qué se transformaron en Payos?
Lamentablemente no existe una aseveración que diga efectivamente si los payos eran o no, un grupo diferente étnicamente, lo que sí queda claro es que posiblemente los payos, fueron una identidad territorial que decidió establecer dominio, asentarse y posiblemente dedicarse a la agricultura y ganadería. Esto crea la imagen de una sociedad que se dividió, la una continuó la existencia y forma de observar su mundo tal cual sus ancestros y continuar la vida nómada y la otra el sedentarismo, al observar este fenómeno el español decide darle la denominación de payo , que en castellano significa “campesino rústico y tosco” seguramente por la poca o casi nula cultura agraria de los nuevos sedentarios. Como dice el viejo dicho ve tú a saber.

La llegada de los Mapuche Willice

Según versiones de los historiadores el poblamiento de la Isla Grande se desarrolló, basándose principalmente por la migración social de los kunkos (mapuce-willice que habitaban el continente específicamente Kalbuko, Maullin y Karv-mapu). Chiloé se encontraba habitada por pueblos nómades (Chonos, Onas), los Willice cruzaron el canal de Chacao estableciéndose en el territorio del mismo nombre, creándose relaciones esporádicas con otros pueblos, esta tendencia migratoria llevó a los Mapuce Willice del continente a poblar el territorio de ankud y sus alrededores, los pueblos nómades dadas sus características, emigraron más al sur y otros aceptaron la forma de vida de los mapuce willice.
La migración, dada la lógica tiempo y espacio, tiene como resultado el poblamiento de todo el archipiélago de Chiloé, es así que hasta los días de hoy se conserva la toponimia mapuce. Ancud, Quellón Queilén, Puqueldón, Lelbun Agoní, Curaco, Quicavi, Puqueldón, Apeche, Futalkura Dalcahue, Natri, Pilpilehue, Molulco, Tantauco etc. etc.
Es importante decir que la invasión europea a nuestros territorios tuvo grandes efectos en la transformación ideológica del pensamiento mapuce willice, la deformación cultural que estos crearon en nuestra identidad especialmente a lo que a religión se refiere.
Los willice de Chiloé no somos otro pueblo, somos miembros de un pensamiento único, desarrollado por nuestros propios pensadores, nuestros filósofos ancestrales, es por ellos que nuestra memoria sigue viva en cada uno de nosotros los mapuce-willice de Cijwe, en cada espacio territorial del archipiélago, en cada nuevo filósofo mapuce-willice, y en cada familia.
A mis hermanos quiero decir, que el resultado de la invasión e intromisión en nuestro pensamiento, tiene como resultado la expropiación de nuestras ideas, forma de concebir nuestra particularidad. Cuidado con los pensadores postmoderno que intentan ocultar la verdad ineludible, por más que se intente ocultar la verdad o falsear los hechos históricos acontecidos, la verdad siempre aflora. Hoy, al igual que ayer, los enemigos de nuestro pueblo aún siguen dando los mismos zarpazos que rasguñan nuestra espiritualidad, pilar donde se sostiene nuestra forma de vida, los enemigos a los que se alude siguen vistiendo el mismo manto oscuro, la misma prédica oscura que años atrás , dieran a los mismos que hoy somos “mapuce-willice” pero ¿ con más o quizás menos conocimiento?. El tiempo lo dirá. ¿Qué pensarían nuestros filósofos ancestrales, de nuestros hermanos que engañan a su propia gente? Las actuales condiciones en que se encuentra nuestro pueblo, la falta de líderes que conduzcan con la claridad que otrora dejaran nuestros ancestros, la falta y nula proyección hacia el futuro del pueblo willice, no se pueden seguir manteniendo las condiciones de pobreza, es hora ya que las comunidades organizadas planteen su futuro, que esa decisión replantée los nuevos destinos, pero sobre la base de la proyección, es necesario rearticular, reordenar, y solidificar posiciones que den las garantías al pueblo para que un nuevo sol ilumine, que hoy por hoy solo vive de la esperanza, la visión de futuro trae consigo la reflexión de un reencuentro donde se planteen los temas a discutir y que tienen relación con nuestra permanencia cultural en esta tierra. ¿Cuál es el legado filosófico que vamos a dejar a las nuevas generaciones? , O ¿acaso dejaremos que se siga pisoteando la memoria de nuestros mayores?
Hermanos: en nosotros, la nueva generación de willice, cae la gran responsabilidad de mirar el futuro con la claridad de las aguas donde antiguamente moraban los espíritus que la cuidaban, guiar con el conocimiento que se representa a través de la conciencia viva de nuestra colectividad a nuestro pueblo como antiguamente lo hacían nuestros grandes pensadores.
Que la fuerza nos acompañe.
Marriciwew.

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